Aguerrida
A Fany Isabel Quispe Vidal le costó sangre, sudor y lágrimas llegar hasta donde está. “Mientras más me dicen no, más terca me vuelvo”, nos advierte. Ella nació en el distrito de Villa Rica, Oxapampa, Pasco. Tenía solo 28 años cuando una bala disparada por terroristas perforó su columna vertebral dejándola en una silla de ruedas para toda la vida.
Su recuperación tardó más de tres años en Lima. Después, regresó optimista a su tierra para rehacer su
vida. Sin embargo, se encontró con una desagradable experiencia. Sus propios familiares y amigos empezaron a marginarla porque tenían la creencia de que una persona discapacitada no servía para nada o era malo tenerla cerca.
Volvió a enfermarse, pero de tristeza. Pensó en su hijo para salir adelante, porque es él quien aún le da fuerzas para continuar con la tenaz idea de trabajar por las personas con discapacidad. Porque desde aquel accidente, si Fany Isabel ya tenía vocación de servicio, esta ya no encontró fronteras después de él.
Se incorporó a la Mesa de Concertación de Lucha Contra la Pobreza –MCLCP–representando a la sociedad civil y abogó directamente por quienes tienen habilidades diferentes. Su liderazgo fue reconocido por el Ministerio de la Mujer en 2005. Su vida tuvo un giro inesperado, lo admite Fany porque ese agradecimiento público fortaleció sus ímpetus. Dos años después fue elegida teniente alcalde de Villa Rica en el periodo 2007– 2010. Abogó por los olvidados y fortaleció la Asociación de Personas con Discapacidad de Villa Rica a través de la creación de talleres productivos, donde actualmente labora.
Su sueño es ser Congresista de la República, hacer cumplir la Ley N°27050, que sus beneficios alcancen a los más alejados, a los invisibles de las estadísticas del país.
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